
Viajar a Japón es una oportunidad para adentrarse en un país donde la tradición y la modernidad conviven de manera extraordinaria. Sin embargo, no todos tienen la posibilidad de conocerlo con el nivel de detalle y precisión que permite un fam trip. En esta ocasión, Travelplan ha organizado un recorrido exclusivo para un selecto grupo de agentes de viajes, quienes han volado con Iberia hasta la ciudad de Kioto con el propósito de vivir en primera persona cada experiencia y así poder trasladarla a sus clientes de la manera más auténtica.
Cada ciudad visitada ha revelado una faceta distinta del país. Desde la energía vibrante de Osaka hasta la serenidad de Hakone, pasando por la riqueza histórica de Kioto y la vanguardia de Tokio, el recorrido ha sido un reflejo de la diversidad que define a Japón. Cada jornada ha permitido descubrir aspectos esenciales de su cultura, su gastronomía y sus paisajes, consolidando una visión completa y enriquecedora del destino.
Osaka es una ciudad que combina innovación con una identidad marcada por su carácter acogedor y su extensa oferta gastronómica. Como la tercera urbe más grande del país, destaca por su dinamismo y su atmósfera animada, que se percibe en sus calles repletas de actividad y en sus múltiples espacios de entretenimiento. Aquí, la vida fluye con un ritmo propio, ofreciéndote una experiencia auténtica y llena de contrastes.
El recorrido comenzó con la llegada a Tokio y un traslado en tren bala hacia Osaka, un trayecto que permitió a los participantes conocer de primera mano la rapidez y precisión del transporte japonés. Al llegar, la ciudad desplegó su inconfundible energía, con avenidas iluminadas y una propuesta gastronómica difícil de igualar.
La primera parada fue Dotonbori, uno de los distritos más animados de la ciudad. Este barrio es famoso por sus luminosos carteles y su vida nocturna, reflejando la esencia más dinámica de Osaka. Sus calles están repletas de locales donde es posible probar especialidades culinarias como el okonomiyaki y el takoyaki, platos que forman parte del día a día de sus habitantes.
Además de su oferta gastronómica, Dotonbori es un espacio donde la cultura moderna y la historia conviven. Uno de sus símbolos más conocidos es el cartel del corredor de Glico, una imagen icónica que representa el carácter entusiasta de la ciudad. Recorrer esta zona permite adentrarse en el ambiente más animado de Osaka, donde cada esquina invita a conocer nuevos aspectos de su identidad.
Tras la visita a Dotonbori, el grupo continuó de visita por otros puntos clave de la ciudad y descubriendo por qué Osaka es un destino esencial dentro de cualquier itinerario por Japón.
El día comenzó con la visita al Castillo de Osaka, una de las fortalezas más emblemáticas del país. Construido en el siglo XVI, este castillo jugó un papel fundamental en la unificación de Japón y es un símbolo de la historia samurái. Sus imponentes murallas y su torre principal ofrecen una panorámica excepcional de la ciudad, mientras que en su interior se pueden recorrer exposiciones que narran su fascinante pasado.
Tras la visita al castillo, el grupo se dirigió hacia Nara, una de las ciudades más antiguas de Japón y cuna de algunos de los templos más importantes del país. La primera parada fue el Templo Todaiji, hogar del Gran Buda de Nara, una majestuosa estatua de bronce de más de 15 metros de altura. Este templo, construido en el siglo VIII, es una obra maestra de la arquitectura budista y su gran pabellón de madera es considerado uno de los más grandes del mundo.
Después de la visita al templo, el grupo paseó por el Parque de los Ciervos Sagrados, donde cientos de ciervos deambulan libremente. Estos animales, considerados mensajeros de los dioses según la tradición sintoísta, forman parte del paisaje urbano de Nara y han aprendido a interactuar con los visitantes de manera amigable.
Por la tarde, el trayecto continuó hacia Kioto, una ciudad que encarna la esencia del Japón más tradicional. El primer punto de interés fue el Santuario Fushimi Inari, conocido por sus interminables pasillos de toriis rojos que serpentean la montaña. Este santuario, dedicado a la deidad del arroz y el comercio, es uno de los más fotografiados de Japón y una parada obligatoria para quienes buscan una imagen icónica del país.
Cada uno de estos lugares permitió al grupo conocer de primera mano, la historia y la cultura de Japón, ofreciendo una perspectiva única sobre la evolución del país a lo largo de los siglos.
El día comenzó con la visita al Bosque de Bambú de Arashiyama, un paisaje natural que se distingue por sus imponentes tallos verdes, que se alzan creando un sendero donde la luz y la sombra juegan entre sí. Caminar por este bosque permite sentir el sonido del viento al rozar los troncos, generando una atmósfera de calma difícil de encontrar en otros lugares.
Después del paseo entre los bambúes, la jornada continuó en el Templo Tenryuji, un sitio de gran relevancia histórica y considerado uno de los templos zen más importantes de Kioto. Sus jardines, diseñados bajo la estética tradicional japonesa, ofrecen una vista cautivadora en cualquier época del año. La combinación de estanques, rocas y vegetación proporciona una sensación de equilibrio y contemplación que caracteriza la filosofía zen.
Además del templo, los alrededores de Arashiyama cuentan con pintorescos rincones llenos de encanto. Entre ellos, el puente Togetsukyo se destaca como un punto icónico que cruza el río Katsura, brindando una postal clásica de la región. Con cada parada, el recorrido reveló distintas facetas de la relación entre el ser humano y la naturaleza en la cultura japonesa.
El día comenzó con la visita al Templo Kinkakuji, conocido como el "Pabellón Dorado". Este icónico templo budista, cubierto con pan de oro y rodeado por un estanque sereno, es una de las postales más representativas de Kioto. Su reflejo en el agua y la armonía de su jardín paisajístico lo convierten en un lugar de gran belleza y significado espiritual.
La siguiente parada fue el Castillo de Nijo, una imponente fortaleza construida en el siglo XVII para demostrar la autoridad del shogun Tokugawa Ieyasu. Sus majestuosos pabellones albergan intrincados techos de madera, puertas corredizas decoradas con pinturas de la escuela Kano y los famosos "suelos de ruiseñor", diseñados para emitir un sonido característico al pisarlos, como medida de seguridad contra intrusos.
El recorrido continuó en el Santuario Shintoista de Heian, cuya entrada está marcada por un enorme torii de color bermellón. Este santuario, construido en honor a los emperadores Kanmu y Komei, se distingue por sus amplios patios y su arquitectura inspirada en el antiguo Palacio Imperial de Heian. El complejo ofreció una visión de la fuerte influencia sintoísta en la cultura japonesa, concluyendo así una jornada repleta de descubrimientos.
Desde Kioto, el viaje continuó hacia Hakone, una región montañosa reconocida por sus paisajes impresionantes y sus aguas termales. El trayecto en tren bala permitió disfrutar de un cambio gradual en el entorno, dejando atrás la arquitectura clásica de Kioto para adentrarse en un paisaje de montañas y valles cubiertos de vegetación.
La primera actividad del día fue un crucero por el lago Ashi, una masa de agua serena que reflejaba la majestuosidad del Monte Fuji en su superficie. Navegar por el lago permitió contemplar el icónico volcán desde distintos ángulos, ofreciendo una imagen inolvidable del símbolo más representativo de Japón.
A continuación, el grupo se dirigió al teleférico de Hakone, que ascendió entre colinas hasta llegar a un mirador privilegiado. Desde allí, la vista del Monte Fuji se desplegó con total claridad, permitiendo capturar la grandeza de su silueta perfecta. Esta panorámica ofreció una oportunidad única para apreciar la magnitud del volcán y la belleza del entorno natural que lo rodea.
Para cerrar la jornada, el grupo tuvo la oportunidad de relajarse en un onsen, las tradicionales aguas termales japonesas. Sumergirse en estas piscinas de agua naturalmente caliente es una costumbre profundamente arraigada en la cultura del país, proporcionando un momento de descanso y bienestar después de un día repleto de descubrimientos.
El tramo final del recorrido llevó al grupo a Tokio, una ciudad donde la modernidad y la tradición coexisten en perfecta armonía. Con su dinamismo incesante y su diversidad infinita, la capital japonesa ofreció un cierre fascinante a esta travesía por el país.
La primera visita en la ciudad fue el Santuario Meiji, un oasis de serenidad en medio del bullicio urbano. Ubicado en un extenso bosque dentro del distrito de Shibuya, este santuario sintoísta rinde homenaje al emperador Meiji y su esposa, la emperatriz Shoken. Sus imponentes torii de madera marcan la entrada a un espacio de calma y espiritualidad, donde puedes participar en rituales tradicionales como la purificación con agua y la escritura de deseos en tablillas ema.
La jornada continuó en Asakusa, uno de los barrios más tradicionales de Tokio. Allí, el grupo visitó el Templo Sensoji, el más antiguo de la ciudad y un importante centro de peregrinación budista. Su icónica puerta Kaminarimon, con la gran linterna roja, es uno de los puntos más fotografiados de la capital. Al atravesarla, puedes recorrer la animada calle Nakamise, repleta de pequeñas tiendas que ofrecen desde dulces típicos hasta artesanía local.
Otro de los momentos destacados fue la visita a la Torre de Tokio, una estructura inspirada en la Torre Eiffel, pero con un diseño que la dota de una identidad propia. Desde su mirador, la panorámica de la ciudad se extendía hasta donde alcanzaba la vista, con una mezcla de rascacielos, parques y templos históricos que definen el paisaje urbano de Tokio.
El grupo, también tuvo la oportunidad de visitar otros distritos emblemáticos como Shinjuku y Ginza, donde la arquitectura vanguardista, las tiendas de lujo y la oferta gastronómica reflejan el espíritu innovador de la capital. Este recorrido permitió comprender la esencia multifacética de Tokio, una ciudad que siempre tiene algo nuevo por descubrir.
Este fam trip ha permitido a los agentes de viajes conocer Japón de una manera especial, adentrándose en su historia, su cultura y su estilo de vida. Gracias a esta experiencia, podrán transmitir a sus clientes no solo datos e itinerarios, sino también sensaciones, momentos y recomendaciones que solo se adquieren recorriendo el destino en primera persona.
Japón es un país que sorprende en cada rincón y deja una impresión duradera en quienes lo visitan. Para aquellos que deseen conocerlo con la misma profundidad, Travelplan dispone de programas cuidadosamente diseñados para ofrecer una experiencia completa, con circuitos detallados que incluyen los principales atractivos del país.
Podrás disfrutar de la seguridad y comodidad de un servicio profesional en destino, con una empresa receptiva de gran trayectoria y guías de habla hispana expertos en cada lugar visitado. Desde el momento de la llegada, cada detalle está planificado para garantizar una experiencia enriquecedora y sin preocupaciones.
Además, Travelplan ofrece vuelos directos con Iberia desde Madrid, asegurando conexiones cómodas y eficientes. Toda la programación disponible permite descubrir Japón con itinerarios adaptados a cada tipo de viajero, siempre con la garantía de una organización meticulosa y servicios de calidad.
Para quienes deseen conocer este destino con el respaldo de expertos, Travelplan pone a su disposición un catálogo de circuitos diseñados para vivir Japón en toda su esencia.